Así una gota de lluvia se estrella contra
el cristal,
resbalando hacia un abismo inevitable,
y va dejando al deslizarse un surco de
entrañas, cómo un río que la tormenta borra
con su aliento.
Y al observar tal maravilla me pregunto:
¿Quién elije su fortuna?
Ser cristal y no gota.
ⓧ𓅂
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